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Ronroneo


Dulce amanecer
tibio pelaje
roza mi cara
el ronronear juguetón

de mi gato

sus ojos entrecerrados

me miran

vigilan mi sueño

saludan mi vigilia

abrazan mi amor

Me deleito
en la
suave paz
de su sopor ingenuo

Susurros del corazón


Dramáticos cánticos

tristes desvaríos

susurros del corazón.

lloro de amor, contigo,

amor de muchas vidas

amor que me acompañas

amor de mi añoranza

amor que me vigilas

amor que me acongojas

Depredadora de pasiones

construyo en ti

destruyo y extravío

amor confiado

embelesado en el río

de abundante expectativa

jamás cumplida...

Incierto como aire

vehemente como fuego

Afluente, leal, imperecedero

En un místico atronar

refiero,

en vibración suntuosa

de oración confiero

así soy

soy de ti

me entrego...


Cuerpo sin alma


>“Dolientes palabras

un cuerpo sin alma”

el silencio es más frío

que la muerte

signo abatido

condena arbitraria

pretexto ¿acaso? de

añejas fantasías...

Vibra la vida,

punzante

dolor vacío

aniquilante

tan dentro mío.

“Cuerpo sin alma”

corazón sin sangre

vida sin aliento...

Itinerante


Hoy casi muero.

Sumida tan profundo en

sueño hermoso y delicado,

un abrupto despertar

y quedo absorta.

Dolor agudo en el regreso.

Bendito dolor

que me permite sentir

que vivo.

Esas notas dulzonas

debí ser yo quien escribiera

o ser escritas para mi,

son mías... totalmente,

me pertenecen.

Un júbilo tardío

extraño y perenne, tan mío...

soy yo y no soy

no me tengo.

De mí desposeída

huyo, busco, me retraigo.

No encuentro mi lugar.

Itinerante del cosmos

navego en vano.

Oh, luz de mi ser interno:

inunda mi dolor

limpia mi mente

y serena el corazón insano

Estertores


Señal que renueva al intelecto

acecha inerme espejismo intempestivo

rezumando el espectro que atormenta

la noche que antecede a la vigilia

acompañada en cruentos destellos, asonantes

al raro fulgor de los sepulcros

En la depredadora ansia

que una faz de desamparo mistifica

se confunde cristalina emoción

aletargada en siglos de primitivo sino,

escindida la profunda ternura

del tremor asesino de la privación.

Estertores del ensueño aniquilado.

Un dulce estallar de la hojarasca

tibio aire que acaricia la piel y la conforta

rumor de vida y solaz que suavemente

arrulla en medio de fragantes aromas, ceden paso

a un alma revivida en la armonía

que se alza victoriosa entre lo ignoto

con la sola certitud de su extravío


Una muerte más... no pasa nada.

La vida, anómala creación
frágil, huidiza, fugaz y embaucadora
me confunde, artificiosa me seduce.
La muerte, esa burlona ignota, arrogante
y opresora que todo arrasa
ilusiones, proyectos, ideales,
convicciones, juramentos;
patrañera me doblega.


Quiero asirme de la muerte
presta a hundirme en su arcano
y burlar así su designio:
yo elijo el cuándo, el cómo, el dónde y el por qué.


Trasciendo dudas y temores
altanera vivo por siempre en la muerte
venzo al fin a la alevosa que me sueña.
Me libero.

Acecho


Un salto exacto, calculado, certero

la sangre emana en un hilillo

y las entrañas se revuelven

en el ansia

de ver arrebatada la presa

huyendo confundida y herida

Desahuciado el corazón

de su preciada posesión...

Súbito despertar en la penumbra

de viscoso aroma anegada la noche

la sed reposa en tu mirada

en aguas cristalinas

aplacada ya el alma

vuelve al encierro sin reproche

Locura


No obstante, cuanto más necia es una persona, más feliz es, según juicio de la Necedad, siempre que no se salga de aquel género de locura que a mí me es peculiar y que se halla tan extendido que yo no sé si entre todos los mortales podría encontrarse alguno que constantemente sea sensato y no esté poseído de cierta especie de locura. (Del Elogio de la locura de Erasmo)



"En lo global, el ciber-espacio diluye distancias y, por supuesto, distinciones de raza, color e idioma, para no hablar de creencias en lo que sea. Pues hay un solo dios omnipotente, omnipresente y sobrehumano: ¿es necesario nombrarlo? Pero en su nombre se mata, se convence, se renuncia, se esclaviza, se inventa y se reinventa la historia. Su poder es enorme y el culto se le rinde en absolutamente todo recinto humano: sus sacerdotes están prestos las veinticuatro horas del día por eso su manifestación ya no es cosa de una mera percepción, basta tocar un botón y su dogma se expande.



"Los niños de la generación de los sputniks, de los primeros hombres en la luna, de los asomos al infinito pues, llegaron a pensar que en el amanecer del siglo XXI toda diferencia sería borrada, toda enfermedad dominada, todo sufrimiento aniquilado. Un mundo idealizado en el que se iría a Marte en las vacaciones. Pero he aquí, que en pleno siglo de la clonación, del mapa del genoma humano al descubierto, el hambre, el dolor y las diferencias ahondadas abismalmente se pasean insolentes.



"Es una insensatez pretender que seis mil millones de personas, más incontables seres vivos que los acompañan, coexistan pacíficamente en un mundo, tan pequeño, que cabe en una pantalla".



El termina de leer en voz alta. Su boca sonríe pero sus ojos delatan dolor. Me pregunta mi opinión y bostezo, no porque no me interese lo que escribe sino porque no está en mi naturaleza juzgar. Bebe de su taza y me abraza para luego apresurarse a salir no sin antes dejarme comida. Su ropa, impecable, el cabello, peinado y cortado a la moda y la fragancia de la lavanda cubriéndole mientras se mueve grácil. Revisa papeles y avienta el portafolios en el coche, suspira me mira y se va.



Le espero sentada en la puerta y me desperezo estirándome hasta simular una caravana esperando sus brazos que me alzan. Hoy de nuevo, como cada día, mantengo mi aparente indiferencia ante la insistente avalancha de caricias y mimos; aprieto mis ojos suavemente cuando me recoge del suelo y se deleita pasando manos y cara sobre mi suave pelambre, me habla, me canta y me sirve la comida, cambia el agua de mi plato y se detiene a verme comer. Ha sonado un timbre y el no puede ocultar su agitación, se pasea inquieto por los cuartos y por fin el timbre se calla.



Su cara se transforma y los ojos parecen salir de su cara, demacrada y pálida. Hoy, otra vez, se inicia el ritual de costumbre: su mano en la cortina y los ojos moviéndose entre el cementerio y su reloj; se aparta impaciente y me besa antes de salir con la prisa y el ansia por delante. Nunca, desde la ventana, he podido verle más allá de la barda que escala para entrar al campo santo, pero siempre me divierte su poca habilidad para hacerlo porque, sin importar la infinita cantidad de veces en que trata de lograr llegar arriba, jamás se desanima en su intento. Lo veo desaparecer entre la maraña de plantas que le sirven de sostén.



Pasado un largo rato, oigo sus pasos cansados arrastrarse hasta la puerta y lo veo pasar con los ojos de nuevo en su lugar pero la mirada perdida; su cuerpo al pasar escurre tierra, sus flacos dedos me agarran mientras olisqueo lo negro en sus uñas. Siento pena por él.

El día llegó, y con él la sonrisa a su cara, se baña se afeita, me sirve comida y con un beso se aleja. Encuentro sus notas humedecidas por el llanto.



"De cuando en cuando, recuerdos de pasos andados en un plano atemporal se agazapan y arremeten inmisericordes. Como bestias hambrientas sedientas de sangre, mi sangre, se abalanzan y se prenden a mí con avidez. ¡Benditas horas de vigila en mi santuario personal! Ahora tengo que salir a la vida demencial que me espera, para entonces sí, ser devorado".

Implosión perpetua





Jorge Reyes: "el tambor es como el palpitar del corazón..."

Un golpe más de tambor
Retumba en lo profundo

Cuántos más habremos de contar
¿Importa acaso?
La vida Es sin más.
Por qué tal apego impío...

El hacedor de hechizos parte

El ritmo incesante de su cántico
No aleja a la perspicaz vigía
Absorbe el alma impregnada de resina
La envuelve y cubre con fragante melodía

¿Conjuro a la muerte invocándola?
El momento presente es lo que cuenta
La acción creadora y el regocijo en el aquí
Infinidad de vidas en miles de astros
Incontables vidas en implosión perpetua
Estallido universal de amor

Mi luna


Me gustaba ver la luna
Bañarme de ella y contemplarla
La luna enloquece a quien la mira, decían...
¡Acaso no habían notado!
¿Qué otro propósito si no?

Un reflejo de luna en mi ventana
Un regalo dispendioso de la vida
La noche es hermosa y su luna curativa
También retoza vibrante en la mañana.

Luna mar, luna sol, luna tranquila
Luna completa, media luna, luna centella
Inquieta luna, luna sombría.
La mar de luna, ensueño en luna
Mi luna guía...


Para Poe
De Hasardevi

Mi alma también como la tuya
atormentada, incierta, desbocada
descubre en la sangre
el regodeo de miedos reales e inventados.
Qué deleite encontraste en hacernos
vivir el horror de las visiones
de tu alma oscura y extraviada,
ávida de pasión y de aventura,
contenida en tu estupor, medrosa.
De no-humano fuiste tildado.
Algunos, perturbados por la disipación
inicua de tu vida, tu muerte
"piadosamente" han celebrado.
Que la paz al fin alcance, en algún mundo
poblado de ensueños fascinantes,
tu pobre corazón aprisionado.

Cielo y Mar



Me gustan cielo y mar por sus bellezas afines porque el cielo queda lejos y el mar se me acerca porque en el cielo me pierdo en el vuelo y en el mar encuentro de la juventud mis fueros

Porque el cielo me eleva en las alturas y disipa mis dudas y en el océano se hunden mis desvelos
porque la lejanía me atrae y la profundidad me subyuga

porque, al fin, los dos son uno y se encuentran mutuamente,
se acarician y se besan melosos coquetean, se sonríen...

Ambos son siempre majestuosos, sus misterios son inescrutables
y se pertenecen el uno al otro en insaciable búsqueda de armonía
en notas suaves, revueltas a veces, insondables siempre, inacabables... únicas.

Yo les amo a los dos porque la paz me prodigan
porque sacian mi sed de saber y curan mis desdichas...
A veces temo al mar profundo y al infinito cielo
y no sé qué es lo que me inspira más,
si sus transparencias azules, lejanas
o sus oscuridades inimaginables, recónditas

Belleza y majestad, para apreciarles hay que aprender
y yo he aprendido mirando al mar; mirando al cielo,
muy poco a poco, he aprendido

Cuando descubrí al cielo,
cuando por vez primera con el mar tuve mi encuentro,
me inundó la noción de haber nacido, de vivir

Me embelesaba el cielo, ¡cómo le miraba!
nuestra relación, suave, platónica
Cuando el mar y yo nos conocimos
la emoción fue incontenible
pude experimentar mi primera gran pasión,
profunda y tempestuosa como él,
lejana al fin como el mismo cielo.

Me gustan en el día bañados por el sol,
iluminados, saludándose cordiales,
mostrándose indiferentes

Por las noches,
son los enamorados fieles que se buscan y se unen,
me gusta cuando entre la bruma de la noche se confunden
y no es posible distinguir al uno del otro envueltos entre oleaje y nubes, se hacen el amor silenciosos, pacíficos, vastos...

De nuevo me pregunto: ¿cuánto podrán decirse?



Et pour autant, je suis là
je ne sais rien
je ne sais pas où
mais je suis toujours là-bas.
On ne sait que ce qu'on peut
et la vie... la vie d'abord on vit, c'est tout!

j'ai essaie d'écrire la suite de mon poeme inachevé...
toujours inachevé, c'est bien comme ca pour moi et
aussi pour que mes angoisses, les plus obscures
voient la lumière

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