cuentos de poemas

Todo el mundo trata de escapar, de algo... Algunos de sus países llenos de miseria y sin oportunidades, y ya se ve que no sólo se fenecen en este continente. Los primer mundistas europeos se escandalizan por la muerte de los indocumentados que pasan a sus países, la historia de siempre, un rasgar casi unánime de vestiduras: actos de contrición pública. Ahí queda. En plena globalización de la injusticia.

Pero todos tratan de escapar, de una cosa u otra. Algunos de sus angustias interiores, atascados en sus pensamientos de muerte y sin opciones. Detenidos en la fatalidad como si no hubiera más, como si la libertad no fuera una condición mental, eligen, contradiciendo a su propia falta de opciones, permanecer atados a sus anhelos sin más.

Otros más desearían escapar, pero de los cuerpos que les contienen y así y todo, asidos a sus añoranzas, a los constantes sinsabores que se inventan para seguir sintiéndose vivos como si las penas reales no fueran suficientes, eligen amar y sufrir por la pena del amor, del amor en abstracto, del arquetipo ideal y en ese infinito-doloroso, mantenerse. Eso es mejor que deambular vacíos por este mundo de iniquidades, se llenan con sus dolencias del alma, con ese estado de insomnio y ayuno que les acerca al casi flotar en un mundo de vivos, muertos ellos, en vida.

La respiración les falta y los sollozos les revientan en cascada a ratos y a ratos los enormes silencios son su única compañía, silencios que ominosos, intentan irrumpir en gritos que se gestan en lo más profundo de su infierno personal, que es a un tiempo el éxtasis mayor producto de su inmenso y desafortunado amor.

No obstante estos locos no elegirían nunca, escapar de la realidad de su entorno, en este punto es importante entender: se zambullen en ella irremisiblemente, retando a sus adversarios con la insolencia que les caracteriza y enfrentan a los farsantes combatiéndoles a cada paso.

Hoy es el tiempo de desafiar la farsa o sumirse en la ignominia. Los que así hacen no merecen amar ni pueden, por eso no sufren ni disfrutan a plenitud jamás.