Inmersa estoy
absorta
límpida y completamente
profusa
en el dulce Ku
de mi universo
me expando y brinco
de sensación en sensación
de amor y gozo
me recreo
mi vida se corona de gloria
en mis ternuras
Intensos desvaríos
de mis constantes luchas
de mi fluir inmenso...
Con nuevo brío me renuevo
Afloro
soy todos y uno
uno contigo
uno en mi embeleso
floto, danzo
río, lloro
siento, soy
vuelo, me alejo
constante en mi inconstancia
¡siempre regreso!
Nada qué hacer.
El prejuicio es veneno
para el alma
Corroe, lenta
pero irremediablemente
y a la frágil esfera de una
dulce señal,
arrolla y aniquila.
En un cálculo
de enmarañada obcecación
no merece
quien no aprecia
en su deseo
de autodestrucción
el valor que otro concede
mal juzga, en su ciego desdén,
colecta ínfulas
y en sufrimiento auto inflingido,
se entretiene...
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